martes, octubre 05, 2004

Arte moderno, sí, pero no te pases de la raya, negrito, eh?
Parece que la música experimental contemporánea es muy experimental, pero está muy alejada de la música, pobre.
En el Goethe se pudo ver ayer (había tambien anuncios para hoy) una serie de conciertos de un supuesto movimiento nuevo, basado en la "tradición de la improvisación europea" (eso para mi quiere decir "improvisación muuuy pautada", pero por ahí me equivoco) con una intención de búsqueda sonora, blah blah.
En lo concreto, yo llegué a ver dos duetos y el principio de un video arte horible. El primer dueto incluyó un piano (pero abierto y manipulado sobre sus cuerdas directamente) y un arpa de otro piano, montada sobre una mesa, preparada, amplificada y procesada. La idea del arpa me pareció fabulosa, y de hecho se encontraban timbres simpaticos (el piano golpeado en las cuerdas es un recurso requetevisto, pero funciona igual). Aún así, lo que hacían no pasaba de una sucesión de timbres, por lo general en un nivel muy bajo, pianísimo. Algo que no podía ser música, porque no tenia tensiones de ningún tipo. Todo era muuuuy estable. Solo en lo que podría ser el 3º movimiento hubo algo interesante, en un momento, un ratito antes de que termine.
La segunda presentación era un tipo con una tuba y otro con un clarinete bajo y un saxo soprano. La tuba practimente hizo puros soplidos, con diferentes timbres y algunas explosiones, supongo que por el manejo de los pistones o algo asi. Las maderas a veces hacían sonidos armónicos, el tipo le metía pelotas o botellitas de "hi-c" en las campanas, y a veces hacía respiración circular durante un rato, sobre la misma nota. Otra vez la planicie, la falta de vida. El murmullo entre el público se escuchaba casi al mismo nivel que lo que sonaba en el escenario(viva Cage!) y ya la gente comenzaba a retirarse de semejante tortura a la atención. En esa se escuchan unas rítmicas que venían de atrás, como si hubieran mandado a uno a aplaudir en esa parte, y pienso que al fin pasa algo interesante. Todo toma color, la tuba mete una nota distorisionada, el clari suena fuerte, hay tensión, viva la música! Tres guardias salen desde la primera fila hacia atrás, buscando algo. Termina, por fin. Entreacto. Desde el pullman (es el pullman la parte de arriba?) se escucha la discusión entre los patovas matones del goethe y el mejor músico de la tarde, que al parecer no estaba autorizado como los otros dos. Toda discusión cesa en un "no quiero ningún ruido más o vengo y te trompeo de una".
Toda esa paquetería de moderna cultura alemana quedó sepultada en esos resavios de nazismo. Después de 2 minutos de videoarte garcha me fui al hall, dónde la gente con la que tuve el placer de hablar del asunto se solidarizaba con el aplaudidor expulsado. Una señora de canas teñidas de violeta dijo con acento alemán -"debían haber sometido a votación ¿se queda o se va? -la señora gusta de The Clash- así es mas democrático".
Y bueh, tanta porqueria, al menos me divertí un rato...